Un seminarista bien formado será un futuro sacerdote bien formado.
Un sacerdote bien formado “conserva en el tiempo el entusiasmo del corazón, acoge con alegría la frescura del Evangelio, habla con palabras capaces de tocar la vida de la gente; y sus manos, ungidas por el obispo en el día de la ordenación, son capaces de ungir a su vez sus heridas, las esperas y las esperanzas del pueblo de Dios”.
Papa Francisco
PLAN DE VIDA
El seminario tiene como finalidad la adecuada formación (espiritual, humana, intelectual y pastoral) de los futuros sacerdotes de la Diócesis de Torreón
1
La oración dirige nuestra jornada. Los martes rezamos con quienes nos acompañan.
ORACIÓN
2
El seminario es nuestra casa. En ella convivimos y cultivamos la fraternidad, acercándonos a Dios.


HOGAR
3
El estudio es una pieza clave en nuestra formación como seminaristas y futuros sacerdotes


ESTUDIO
4
Estamos en la parroquia, vamos de misiones y participamos en actividades socio-caritativas


MISIÓN
5
El deporte es importante en la vida de los seminaristas
"mens sana in corpore sano"


DEPORTE

Un sacerdote






Contagia su fe y su amor a Dios a través de las celebraciones y los sacramentos.
Podrá formar a otros (catequistas, laicos…). Además estará mejor preparado para acompañar a las personas en su discernimiento, debilidades, dudas y dolores.
Es capaz de dar respuesta, con su vida y su palabra, a los retos del mundo de hoy.
